Desparasitación y alimentación: 3 trucos para engordar a tu perro de forma saludable

Lograr que un perro alcance un peso saludable no se trata simplemente de aumentar la cantidad de comida que recibe, sino de comprender las causas subyacentes que pueden estar impidiendo que gane masa corporal de manera adecuada. Muchos tutores se enfrentan a la preocupación de ver a su compañero canino demasiado delgado, sin saber que factores como parásitos internos, niveles de estrés elevados o una dieta inadecuada pueden estar jugando un papel determinante. Antes de implementar cualquier cambio en la alimentación, resulta fundamental descartar problemas de salud mediante una consulta veterinaria exhaustiva, que permita identificar si existe alguna condición médica que requiera atención inmediata. Solo después de esta evaluación se podrá diseñar un plan nutricional efectivo y seguro que favorezca el aumento de peso sin comprometer el bienestar general del animal.

La desparasitación como primer paso para un peso saludable

Uno de los motivos más frecuentes por los que un perro no logra ganar peso adecuadamente tiene que ver con la presencia de parásitos intestinales. Estos organismos se alojan en el sistema digestivo del animal y consumen una parte significativa de los nutrientes que debería estar absorbiendo el organismo del perro. Como resultado, aunque el animal ingiera cantidades aparentemente suficientes de alimento, no logra aprovechar las proteínas, vitaminas y minerales necesarios para desarrollar masa corporal. Esta situación puede pasar desapercibida durante cierto tiempo, especialmente si los síntomas no son evidentes de inmediato, pero su impacto en la salud general del perro es considerable y puede derivar en desnutrición crónica si no se trata a tiempo.

Por qué los parásitos impiden que tu perro gane peso

Los parásitos no solo roban nutrientes esenciales, sino que también pueden causar inflamación intestinal, diarrea crónica y una disminución en la capacidad del organismo para absorber correctamente los alimentos. Esto significa que incluso si se ofrece una dieta de alta calidad, el cuerpo del perro no estará en condiciones de procesarla de manera eficiente. Además, la presencia de parásitos puede generar malestar general, reducir el apetito y provocar letargo, lo que a su vez disminuye la ingesta calórica diaria. En cachorros, la situación puede ser aún más grave, ya que su sistema inmunológico está en desarrollo y son más vulnerables a las complicaciones derivadas de una infestación parasitaria. Por ello, antes de intentar cualquier estrategia de ganancia de peso, es imprescindible que el veterinario realice análisis de heces y exámenes clínicos para confirmar o descartar la presencia de estos organismos.

Protocolos de desparasitación interna y externa recomendados

Una vez confirmada la presencia de parásitos, el veterinario establecerá un protocolo de desparasitación adecuado que puede incluir tratamientos orales, tópicos o inyectables, según el tipo de parásito y la gravedad de la infestación. Es importante seguir rigurosamente las indicaciones del profesional en cuanto a dosis y frecuencia, ya que una desparasitación incompleta puede permitir que los parásitos se reproduzcan nuevamente. Además, no basta con tratar únicamente los parásitos internos; también es necesario prevenir y controlar los externos, como pulgas y garrapatas, que pueden transmitir enfermedades y debilitar el sistema inmunológico del perro. Una desparasitación integral y periódica, combinada con medidas de higiene en el entorno del animal, asegura que el organismo del perro esté en las mejores condiciones para aprovechar al máximo los nutrientes de su alimentación y así comenzar a ganar peso de forma saludable.

Alimentación de calidad: la base para aumentar la masa corporal

Una vez descartados o tratados los problemas de salud, el siguiente paso consiste en ajustar la alimentación del perro para que esta sea realmente efectiva en el objetivo de incrementar su masa corporal. No se trata de aumentar indiscriminadamente las porciones de comida, sino de ofrecer alimentos de alta calidad que contengan los nutrientes necesarios en las proporciones adecuadas. Un pienso SuperPremium, por ejemplo, se caracteriza por incluir proteínas de alta calidad provenientes de fuentes animales, así como un mayor aporte calórico por porción, lo que facilita que el perro reciba la energía necesaria sin necesidad de consumir volúmenes excesivos de alimento. Este tipo de dietas también suelen contener ingredientes más digestibles, lo que mejora la absorción de nutrientes y reduce el desperdicio metabólico.

Qué nutrientes debe contener la dieta para ganancia de peso

Para que un perro pueda ganar peso de manera saludable, su dieta debe tener un contenido proteico adecuado, generalmente entre doce y veintitrés por ciento, dependiendo de su edad, raza y nivel de actividad física. Las proteínas son esenciales para el desarrollo y mantenimiento de la masa muscular, que es el componente principal del peso corporal saludable. Además, es fundamental que estas proteínas sean de alta calidad, es decir, que provengan de fuentes animales fácilmente digeribles y con un perfil completo de aminoácidos esenciales. Por otro lado, es recomendable evitar alimentos ricos en hidratos de carbono simples y pobres en proteínas, ya que aunque puedan aumentar el peso, lo harán a expensas de acumular grasa en lugar de desarrollar músculo. También es beneficioso incorporar grasas saludables, que aportan una mayor densidad calórica y son fundamentales para la absorción de vitaminas liposolubles, además de contribuir al buen estado de la piel y el pelaje.

Frecuencia y porciones adecuadas según la raza y tamaño

La frecuencia de las comidas es otro factor clave para ayudar a un perro a ganar peso de forma controlada. En lugar de ofrecer una o dos comidas abundantes al día, resulta más efectivo dividir la ración diaria en varias tomas pequeñas, especialmente si el perro está desnutrido o tiene poco apetito. Este enfoque permite que el sistema digestivo procese mejor los alimentos y evita la sensación de saciedad rápida que podría limitar la ingesta total de calorías. Para cachorros, la frecuencia debe ser aún mayor, con comidas cada pocas horas, y siempre bajo supervisión veterinaria para asegurar que están recibiendo los nutrientes necesarios para su crecimiento. En razas de tamaño pequeño, las porciones deben ser ajustadas cuidadosamente, ya que su metabolismo es más acelerado y requieren alimentos de alta densidad nutricional. En cambio, perros de razas medianas o grandes pueden beneficiarse de dietas específicas que favorezcan el desarrollo muscular sin comprometer la salud articular.

Suplementos nutricionales y premios calóricos estratégicos

Además de la dieta principal, existen suplementos y alimentos complementarios que pueden ayudar a incrementar la ingesta calórica del perro sin sobrecargar su sistema digestivo. Estos productos están diseñados para aportar nutrientes concentrados y son especialmente útiles en perros inapetentes o en recuperación. Sin embargo, es importante utilizarlos siempre bajo la recomendación de un veterinario, ya que un exceso de ciertos nutrientes puede tener efectos contraproducentes.

Aceites y complementos naturales para incrementar calorías

Los aceites de origen animal o vegetal, como el aceite de salmón o el aceite de coco, son excelentes aliados para aumentar el aporte calórico de la dieta sin necesidad de incrementar significativamente el volumen de comida. Estos aceites son ricos en ácidos grasos esenciales, que no solo proporcionan energía, sino que también mejoran la salud de la piel, el pelaje y el sistema inmunológico. Se pueden añadir en pequeñas cantidades a la comida habitual del perro, mezclándolos bien para asegurar una distribución homogénea. Otro complemento útil son las enzimas vegetales para la digestión, que ayudan a mejorar la absorción de nutrientes y facilitan el proceso digestivo, lo cual es especialmente beneficioso en perros con problemas gastrointestinales o en aquellos que han estado desnutridos durante un tiempo prolongado. Estas enzimas permiten que el organismo aproveche al máximo cada bocado, optimizando la conversión de alimentos en energía y masa corporal.

Snacks saludables que favorecen el aumento de peso

Los premios y snacks también pueden desempeñar un papel importante en la estrategia de ganancia de peso, siempre y cuando se elijan opciones saludables y se ofrezcan en momentos estratégicos. Snacks ricos en proteínas, como trozos de pollo cocido, pavo o pescado, son ideales para complementar la dieta sin añadir ingredientes innecesarios o dañinos. Además, si el perro está inapetente, ofrecer pequeñas cantidades de alimentación húmeda de alta calidad puede estimular su interés por la comida y aumentar su consumo diario. Estos menús húmedos suelen ser más apetecibles y digestibles, lo que los convierte en una excelente opción para perros que necesitan recuperar peso de manera gradual. Es fundamental evitar snacks comerciales con alto contenido de azúcares, colorantes o conservantes artificiales, ya que aunque puedan resultar atractivos para el perro, no aportan valor nutricional real y pueden interferir con el equilibrio de la dieta.

Ejercicio moderado y rutinas que estimulan el apetito

Aunque pueda parecer contradictorio, el ejercicio físico regular es un componente esencial para que un perro gane peso de forma saludable. La actividad física controlada no solo ayuda a desarrollar masa muscular, sino que también estimula el apetito y mejora el funcionamiento metabólico general. Un perro que realiza ejercicio moderado tiende a tener mejor disposición para comer y a aprovechar de manera más eficiente los nutrientes de su dieta.

Actividad física controlada para desarrollar masa muscular

El tipo de ejercicio debe ser adaptado a la condición física actual del perro, evitando actividades demasiado intensas que puedan provocar fatiga excesiva o lesiones. Paseos diarios de duración moderada, juegos de búsqueda y recuperación, así como ejercicios de obediencia que impliquen movimiento, son opciones ideales para estimular el desarrollo muscular sin someter al animal a un estrés físico innecesario. En perros muy delgados o debilitados, es recomendable comenzar con sesiones cortas e ir incrementando gradualmente la intensidad y duración conforme el animal vaya ganando fuerza y resistencia. El ejercicio también contribuye a reducir el estrés canino, que es otro factor que puede inhibir el apetito y dificultar la ganancia de peso. Mantener al perro activo, pero sin agotarlo, es clave para que su organismo demande más energía y, en consecuencia, se sienta más motivado a consumir alimentos.

Señales de que tu perro está alcanzando su peso ideal

Conforme se implementan las estrategias de alimentación, suplementación y ejercicio, es importante monitorear de cerca la evolución del perro para asegurarse de que está alcanzando su peso ideal de manera progresiva y saludable. Las señales de que el perro está en el camino correcto incluyen un aumento gradual de la masa corporal, mayor energía y vitalidad, un pelaje más brillante y saludable, y una mejora en la disposición general del animal. También es fundamental palpar regularmente las costillas del perro: deben sentirse con facilidad al tacto, pero sin ser excesivamente prominentes. Un perro en su peso ideal presenta una silueta bien definida, con una ligera cintura visible desde arriba y un abdomen recogido cuando se observa de perfil. Si el aumento de peso es demasiado rápido o si el perro comienza a mostrar signos de sobrepeso, es necesario ajustar las porciones y consultar nuevamente al veterinario. Mantener un entorno cálido y confortable también favorece que el perro conserve su energía y no la gaste en mantener su temperatura corporal, lo que puede ser especialmente relevante en climas fríos o en perros de pelo corto. En el caso de cachorros, es recomendable realizar controles más frecuentes con el veterinario y utilizar productos específicos diseñados para su etapa de crecimiento, como las líneas Lenda Puppy Mini o Puppy Medium, que están formuladas para satisfacer las necesidades nutricionales de los más jóvenes y asegurar un desarrollo óptimo desde las primeras semanas de vida.


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